El Parque Anwandter se encuentra en las dependencias del actual Instituto Alemán de Valdivia. Fundado el 1 de octubre de 1858 por Karl Anwandter con el apoyo de otros inmigrantes alemanes, inicialmente contaba con 48 alumnos, la mayoría hijos de colonos. El edificio que albergaría al establecimiento educacional se levantó en la calle Picarte (frente a Ismael Valdés), y se construyó de ladrillo y no en madera por precaución ante los devastadores incendios  registrados en el historial valdiviano. Sin embargo, no fue el fuego sino el terremoto de 1960 el que causó daños estructurales tan graves que el Instituto debió encontrar un nuevo lugar. Se instaló entonces en la Isla Teja, en las tierras que habían sido entregadas por el gobierno chileno a la familia Anwandter, donde se ubica hasta el día de hoy con una moderna infraestructura a los pies de los humedales.

Karl Anwandter es una figura importantísima en la historia valdiviana. Regido bajo el signo de Aries, nació el 1 de abril de 1801 en Prusia (hoy parte de Alemania). Desde muy joven pensó en ser farmacéutico, como su padre, por lo que trabajó como aprendiz en varias farmacias, viajó para conocer su país ejerciendo el oficio, y finalmente se tituló de farmacéutico en la Universidad de Berlín.

Dado el absolutismo imperante en Prusia, opuesto a sus principios liberales y republicanos, Karl Anwandter decide emigrar en búsqueda de una vida en la libertad que soñaba. A los 49 años se embarcó junto a toda su familia (hijos, yernos, nueras, nietos) y otros emigrantes (algunos convocados por él) en el bergantín Hermann rumbo a Valdivia, al sur de Chile.

Karl Andwanter es conocido por la cervecería que creó en la Isla Teja en 1851. Sin embargo, pocos saben que este hombre lideró la creación de la Primera Compañía de Bomberos «Germania» (consiguiéndose 4 carros bomba que repartió por la ciudad), el Club Alemán, un club musical de canto, una biblioteca, el primer cementerio laico de Valdivia y una farmacia muy bien surtida. Su última y más amada obra fue la creación del Colegio Alemán mixto, donde puso sus últimos esfuerzos donando hasta los árboles del parque, siendo además uno de los primeros profesores y director. De hecho, cuentan que era quien enseñaba ética a los pequeños y jóvenes estudiantes.

Ahí mismo en el parque del colegio, descansan sus restos tras 88 años de una intensa y generativa vida.

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• Familia Anwandter
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