Isla Teja
La Isla Teja es una isla fluvial en la ciudad de Valdivia, al sur de Chile en la Región de Los Ríos. Rodeada por los ríos Valdivia, Cau-Cau y Cruces, Isla Teja se ubica frente al centro de la ciudad desde donde puedes llegar atravesando el puente Pedro de Valdivia. Este exuberante paisaje de selva fría, conformado por hualves y humedales, fue habitado originariamente por población mapuche-huilliche.
Tras la conquista y ocupación española, la isla recibe su nombre en el siglo XVI por una desaparecida fábrica de tejas de arcilla que se emplazó en su territorio, siendo la ubicación de ésta un misterio hasta el día de hoy.
La Isla Teja es una isla fluvial en la ciudad de Valdivia, al sur de Chile en la Región de Los Ríos. Rodeada por los ríos Valdivia, Cau-Cau y Cruces, Isla Teja se ubica frente al centro de la ciudad desde donde puedes llegar atravesando el puente Pedro de Valdivia. Este exuberante paisaje de selva fría, conformado por hualves y humedales, fue habitado originariamente por población mapuche-huilliche.
Tras la conquista y ocupación española, la isla recibe su nombre en el siglo XVI por una desaparecida fábrica de tejas de arcilla que se emplazó en su territorio, siendo la ubicación de ésta un misterio hasta el día de hoy.
Entre mediados del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, la isla experimenta una importante transformación al ser entregada por el gobierno de Chile a los colonos alemanes, quienes desarrollaron prósperas industrias y viviendas para sus trabajadores. Con el auge económico y comercial, la Teja se posiciona como el núcleo industrial valdiviano. Sus barrios obreros, relativamente aislados de la ciudad, se constituyeron como un pequeño pueblo cuya comunidad forjó una cultura propia que dio forma a la identidad “tejeña”, gentilicio del lugar.
Entre mediados del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, la isla experimenta una importante transformación al ser entregada por el gobierno de Chile a los colonos alemanes, quienes desarrollaron prósperas industrias y viviendas para sus trabajadores. Con el auge económico y comercial, la Teja se posiciona como el núcleo industrial valdiviano. Sus barrios obreros, relativamente aislados de la ciudad, se constituyeron como un pequeño pueblo cuya comunidad forjó una cultura propia que dio forma a la identidad “tejeña”, gentilicio del lugar.
Tras el devastador terremoto de 1960 que terminó con su vocación industrial, la Teja ha ido experimentando significativos cambios que la convierten en un moderno centro urbano residencial y comercial. En su corazón, sin embargo, persiste el latido del esplendoroso pasado industrial que marcó el devenir de la ciudad, un barrio histórico donde emergen memorias lejanas y entrañables: la “Teja Antigua”.